Durante los últimos días alrededor del mundo varios portales de noticias a nivel mundial han publicado los escándalos sexuales cometido por la curia católica en varios países, Nicaragua no es una excepción ni una utopía donde la religión practica lo que predica.

El siguiente articulo es basado a un estudio realizado por El Equipo de Católicas por el Derecho a Decidir de Nicaragua, documento que dejare al final, para su descarga.

Este estudio es del año 2011, contó la participación de varias instituciones que velan por los derechos de las mujeres y el apoyo de Ipas CentroAmerica Catholics For Choice así que, estimado lector este articulo no es cualquier falacia inventada como muchas por ahí.

El Silencio de la Jerarquía

A pesar de que el abuso sexual de parte de los sacerdotes es un tema poco visibilizado, los
medios de comunicación han hecho un esfuerzo para denunciarlo. Gracias a este esfuerzo,
durante el período de los años 2002 al 2012, nueve sacerdotes abusadores fueron denunciados
a través de los medios de comunicación escrita. A pesar que la mayor parte de las víctimas
fueron niños y niñas pobres, los abusos han quedado en su mayoría en impunidad.

Marcos Dessi


Un claro ejemplo es el del sacerdote Marcos Dessi , quien fue llevado a los tribunales por seis de sus
víctimas que fueron abusadas mientras pertenecían al coro infantil de Chinandega, el cual
fue fundado por éste delincuente. Aunque el sacerdote pederasta fue sentenciado por una
corte italiana a 12 años de prisión por pedofilia y delitos conexos, el Tribunal de Apelaciones de
la ciudad de Bologna lo libero de responsabilidad penal.

La información publicada por los medios de comunicación indica que los principales encubridores
de los abusos sexuales por parte de los sacerdotes son importantes autoridades eclesiásticas, entre
ellas: Monseñor Leopoldo Brenes, Monseñor Eddy Montenegro y Monseñor Jorge Solorzano.

El Top de abusadores de menores

El arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, protege a Armando Rodríguez, acusado de acoso sexual en el colegio la Purísima, y también brindó refugio a Enrique Vargas Vásquez, acusado en 2004, en Costa Rica, de abusar de cuatro niños.

Además, con la complicidad de Brenes, en 2002 se favoreció el cura pederasta Zenón Corrales, por entonces ubicado en el departamento de Matagalpa y luego en San Rafael del Norte.



Corrales, después de abusar de muchos niños en los departamentos antes mencionados, fue trasladado por el cardenal Brenes, en ese entonces obispo, a México, donde fue recibido y protegido por el cardenal Norberto Rivera, conocido protector de curas abusadores sexuales en su país.



Monseñor Juan Abelardo Mata protegió a cuatro curas pederastas: Jimmy Prudencio y Francisco Bayardo Alfaro, quienes en 2007 y 2010, respectivamente, abusaron de varios monaguillos; Arnoldo Avilés, abusador de niños, y Antonio José Meza Abadía, abusador de una niña.

Monseñor Juan Abelardo Mata


Mientras tanto, Federico Engels fue cobijado por monseñor Eddy Montenegro. En la lista siguen Simeón Murillo, Aristegui Torres en la zona del Caribe norte, donde la población es mayoritariamente negra, miskita o mestiza y muy pobre.



Allí, el cura Mario Alemán preñó a una profesora en 2014 y acudió al monseñor Jorge Solórzano, para huir del delito.

Lorna Norori, psicóloga especialista en abuso sexual, declaró que los abusos de esta naturaleza son cometidos por personas cercanas, que abusan de la confianza, el afecto y la autoridad para seducir, controlar y someter. A las víctimas se las culpabiliza como seductoras, mientras que el victimario les dice que son sus novias.

Adicionalmente, dijo, las autoridades eclesiásticas protegen a los religiosos. En Masaya, agregó, el Movimiento Axayacatl y la familia acudieron al Nuncio y a la Conferencia Episcopal. Esta última dijo que el cura estaba en retiro espiritual. La violación y embarazo continúan en la impunidad.

El único que pisó la cárcel, en Italia, fue el sacerdote Marcos Dessi, acusado en su país por jóvenes nicaragüenses que estuvieron internos en un orfanato bajo su dirección. La justicia italiana lo encontró culpable y también le descubrieron pornografía infantil.

Este caso fue muy duro para las víctimas, porque el pederasta había fundado un coro infantil y mantenía varias obras de progreso en Chinandega, una ciudad del occidente nicaragüense.
Allí las poblaciones le veneraban como si fuera un santo. A pesar de que han pasado muchos años, una parte de la población continúa atacando a las víctimas y cuando murió, celebraron muchas misas.

Obviamente, necesitaría millones de misas por todo el mal que hizo, dijo Magaly Quintana, de Católicas por el Derecho a Decidir CDD, organización que hizo la denuncia, como parte del observatorio de violencia que lleva hace años.

¿Aun crees que son inocentes?

Blog: Católicas por el Derecho a Decidir Nicaragua
Fuente: Violencia Sexual 2011